Declaración de Izquierda Internacional
A 50 días de la destitución de Castillo el gobierno genocida instalado en Perú ha asesinado a 70 luchadores sociales. Poca importancia tiene ya la consideración de si fue legal o no esa destitución para las masas pobres peruanas, que hacía ya mucho tiempo habían perdido toda ilusión en Castillo, si alguna vez la tuvieron. Muchos de ellos votaron a Castillo sin mayor entusiasmo, como alternativa frente al fujimorismo, arquetipo de la odiada oligarquía peruana.
Debajo de todos los reclamos están las pésimas condiciones de vida; esos reclamos difieren según las regiones y las clases sociales, algunos son ancestrales, de siglos de explotación, opresión, racismo y represión, sumados a la caída permanente en las condiciones de vida de las masas en lo que va del presente siglo y sobre todo, de las consecuencias de la infernal explotación ambiental, que ha destruido todos los ecosistemas, desapareciendo especies, contaminando las aguas, deforestando sin límites y acabando con la forma de subsistencia de enormes comunidades, sobre todo indígenas y campesinas. Todo esto mientras la ¨economía¨ peruana no ha dejado de crecer (pero no para los obreros y los pobres), generando pingües ganancias para la oligarquía y el imperialismo y convirtiéndose en modelo a seguir en toda América del Sur.
Como nada puede durar eternamente, esto también comienza a finalizar; sectores crecientes de trabajadores, pueblos originarios y jóvenes, sobre todo en el sur dicen basta. Ya no más.
Esto es posible en parte por las condiciones descriptas y en parte por la debilidad del régimen peruano, que en los últimos 40 años dilapidó la credibilidad en todas las corrientes políticas populistas, reformistas y progresistas, debido a sus constantes traiciones. Hoy Perú no tiene una corriente política capaz de entusiasmar a los de abajo y alternarse en el poder con los partidos tradicionales de la oligarquía. En 2021 surgió Castillo, pero era claro que no tendría futuro.
De ahí que las cosas quedan planteadas del siguiente modo: gobiernan los partidos tradicionales representantes de la oligarquía y el imperialismo o gobiernan los trabajadores y el pueblo, en el medio no queda nada. En Perú no existen un PT como en Brasil, ni un MAS como en Bolivia o un peronismo como en Argentina.
La otra cuestión que definirá la situación es el conflicto interimperialista entre Estados Unidos y Europa por un lado y China y los BRIC´S por otro, que en Perú tiene un vigor enorme con bandos marcados con sus intereses. El gobierno de Boluarte ya ha autorizado el ingreso al país de fuerzas armadas de EEUU, vehículos blindados y Armamento para dirigir (ellos dicen entrenar) a las policías y las FFAA peruanas.
Toda perspectiva que se piense seriamente debe partir de las precondiciones descriptas. Nada indica que pueda recobrarse la estabilidad a futuro sino todo lo contrario. No se debe descartar siquiera una guerra civil larvada en principio, pero inevitable a mediano plazo si el movimiento de masas no logra arrebatar el poder a la burguesía y comienza a protagonizar la reconstrucción bajo las banderas del Socialismo. Una derrota en estos momentos produciría una masacre de obreros, campesinos y pueblos originarios.
Esta cuestión pone sobre la mesa la necesidad de construir el estado mayor de las masas rebeladas, un gran partido revolucionario capaz de planificar y dirigir las tareas que implica el derrocamiento del criminal régimen capitalista en Perú. Esta tarea aún está pendiente y de ella depende en última instancia la suerte del pueblo peruano. Si ese estado mayor hoy existiera, con seguridad plantearía así las tareas más urgentes a desarrollar:
Hoy el principal problema heterogeneidad entre el sur que esta lanzado a la lucha y el resto del país, por lo que urge trasladarse al centro y norte para explicar a trabajadores y jóvenes sobre las causas del hambre, la explotación y la desocupación históricas, sobre la destrucción del ambiente y sobre la necesidad de rebelarse contra el régimen, porque de lo contrario esta situación sólo puede empeorar.
Hay que rodear las fábricas y pedir la solidaridad a los trabajadores y que se unan en una huelga general.
¡Reforzar, extender y coordinar los comandos de lucha! ¡En camino a una asamblea obrera y popular que luche por el poder!
¡Los comandos de lucha deben discutir la necesidad de la autodefensa!
Hay que paralizar los puertos evitando que salgan las exportaciones.
Hay que bloquear las mineras, los yacimientos de hidrocarburos e impedir la zarpada de los buques pesqueros.
Ninguna confianza en la CGTP.
Hay que desarmar a la policía y al ejército para hacer efectiva la autodefensa.
Unidad de aimaras, quechuas y otras naciones oprimidas de Perú, Bolivia y de toda la región.
¡Solidaridad Internacional en los puertos del mundo! ¡Embargar los envíos de armas y personal militar de EEUU!
Comenzar a construir un Partido Revolucionario
¡Socialismo o extinción!
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