POSICION DE IZQUIERDA INTERNACIONAL FRENTE A LAS ELECCIONES GENERALES EN ARGENTINA, 2023

Por Izquierda Internacional (OIR, Argentina; ¡Socialismo o Extinción!, México, Agrupación Marxista and Ecosocialistas, Bolivia y Left Party, U.S.

El trotskismo revolucionario toma posición ante las elecciones generales, los candidatos y partidos que compiten, los programas y la situación del país. Giro a la derecha, competencia Inter imperialista, aparición del nazi-fascismo.

El 22 de octubre habrá elecciones presidenciales en Argentina. Las elecciones se dan en el marco de una profunda crisis económica caracterizada por el desempleo, el empleo informal, la inflación galopante, los bajos salarios, la opresión de los pueblos originarios, la traición de las burocracias sindicales el saqueo del país por los dos bloques imperialistas, el de EE. UU.-Europa y el de China-Rusia-BRICS y la represión de la protesta social.

Se presentan cinco candidaturas presidenciales y bloques de candidatos en la elección general. De esas cinco formulas una, la que encabeza Sergio Massa es la que representa al peronismo en el poder y sus aliados, agrupados en Unión por la Patria (UP), que presenta un programa de derecha. Massa, su candidato presidencial, es considerado un hombre de la embajada norteamericana, aunque el Kirchnerismo que compone el grueso de su coalición, es pro China. La mayoría de la burocracia sindical apoya a esta fórmula. Como alternativa están otras tres candidaturas burguesas y una de izquierda reformista.

La que encabeza Patricia Bullrich de Juntos por el CambioPRO, a la derecha del gobierno, que centra su campaña en la “mano dura” contra el crimen y la protesta social y que es generalmente identificada con el macrismo que ya gobernó el país bajo Mauricio Macri apoyado por la oligarquía de los grandes negocios del campo y el grueso de las fuerzas de represión; la de Juan Schiaretti, de Lo Hacemos por Nuestro País, de derecha “moderada”, de pequeña extensión territorial ya que se centra en los gobernantes de una de las principales provincias, Córdoba, y su región lindante, y se manifiesta neo desarrollista y se inclina por el imperialismo norteamericano.

Javier Milei encabeza la fórmula de La Libertad Avanza (LLA), se manifiesta “libertario” capitalista, con posiciones de extrema derecha. Disfraza los crímenes de la dictadura militar, niega la catástrofe climática aduciendo que es un invento de la izquierda europea, ataca al feminismo y la protesta social y propone dolarizar la economía. Cuenta con el apoyo de un pequeño sector de la burocracia sindical y de funcionarios y militantes del peronismo menemista que gobernó el país entre 1989 y 1999 y se destacó por la liquidación de todas las empresas estatales productivas, que regalo a precio vil al imperialismo y la dolarización de la economía. Generalmente a Menem se lo reconoce como neoliberal. Milei afirma que Menem fue el mejor presidente de la historia argentina. Milei es violento y extremista y si contara con una organización disciplinada y combativa bien podría considerársele como nazi. Ha logrado gran aceptación en sectores de clase media empobrecida, jóvenes trabajadores y desempleados crónicos.

Por último, está la coalición de izquierda FITU (Frente de Izquierda y los Trabajadores, UNIDAD) que agrupa a los cuatro partidos más importantes del Trotskismo Argentino que es, a su vez, la mayoría de la izquierda de ese país. Ellos son el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Izquierda Socialista (IS), Partido Obrero (PO) y el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST). Tiene un programa largo, oculto y el que no aparece en la propaganda diaria, de reformismo de izquierda, pero su plataforma o programa electoral los define como reformistas a secas.

En su campaña electoral, entre otras cosas:

El FITU no se pronuncia sobre la guerra Inter imperialista en Ucrania porque dentro de la coalición tienen al menos tres posiciones diferentes, dos de las cuales apoyan a uno u otro bando imperialista. Nosotros sostenemos que deben tener la posición de derrotismo revolucionario, es decir por la derrota de los dos bandos imperialistas en disputa.

El FITU no se pronuncia por la autodeterminación de los pueblos originarios, incluyendo el apoyo a su reapropiación de tierras, limitándose a defender los derechos democráticos frente a la represión del Estado Argentino. No sostienen la tesis del Estado Opresor Argentino para no chocar contra los prejuicios nacionalistas del proletariado.

El FITU no levanta las banderas de la expropiación de las empresas y recursos de los dos bloques imperialistas y de las grandes empresas capitalistas, limitándose su candidata en el último debate de la campaña a decir que “está a favor de una economía decidida democráticamente” por los trabajadores.

El FITU no levanta la lucha sin cuartel contra el régimen democrático burgués, ni propone reemplazarlo por un régimen basado en coordinadoras o soviets obreros y populares. Por el contrario, su campaña es electoralista reclamando que “la izquierda tiene que estar” y “tener más diputados en el Congreso.” En ese sentido, su eje agitacional refuerza al régimen existente.

El FITU no agita en su campaña electoral la necesidad de la revolución y la construcción del socialismo, sino que la centra en una serie de reformas democráticas como aumento de salarios, representación democrática en los sindicatos, derechos igualitarios para las mujeres y oportunidades para los jóvenes. Al no hacerlo el nombrar al socialismo de vez en cuando tiene la misma función que si lo hicieran los dirigentes socialdemócratas europeos: identificarse como parte del sistema dominante.

El FITU reconoció sólo recientemente después]es de abstenerse del tema durante décadas, la crisis del ambiente provocada por la superexplotación de la naturaleza por el capitalismo depredador. Pero no levanta un programa revolucionario al respecto, comenzando por no plantear el derrocamiento de la burguesía como necesario para comenzar a mitigar los efectos de la catástrofe que amenaza con la extinción de las especies del planeta. El FITU hace seguidismo a la iniciativa de las masas cuando estas reclaman sobre aspectos enviro mentalistas como el agua en Mendoza, o las petroleras en la costa Atlantica, o van detrás de la burguesía, cómo es su apoyo a la Ley de Humedales que fue propuesta originariamente por el senador nacional por Santa Fe, del socialismo burgués, Rubén Giustiniani, en 2016 y opuesta por los “agrobusinesses” y los gobiernos del Norte del país en manos de la oligarquía. O levantaron la consigna sobre el Litio en Jujuy, solo después que los pueblos originarios y sectores de trabajadores se levantaron con sus demandas. Esto no es más que oportunismo porque solo levantan consignas sobre el ambiente después que lo hacen otros y se vuelven populares o porque no levantan el cierre inmediato de toda producción de hidrocarburos (una de las fuentes más importantes de producción de gases y polución) y todas las otras medidas centrales de un programa revolucionario para esta época: descentralización de las grandes urbes, reconversión de todas las industrias que polucionan a industrias que respeten el medio ambiente y no dejen huellas de carbón y otras. No toman la iniciativa y mayormente guardan silencio, en la retaguardia.

El FITU no levanta ni agita, por la necesidad de la autodefensa de los trabajadores y el pueblo en sus luchas cuando casi siempre son atacados por la represión estatal. Tampoco levantan la propuesta de enfrentar en las calles el avance de la derecha, limitándose a declarar que harán “un debate ideológico” con ella.

Se dicen antimperialistas, pero en la agitación del FITU no aparece la recuperación de Malvinas, las Islas robadas por el imperialismo ingles a la Argentina y que las mantiene después de asesinar a miles de jóvenes argentinos que lucharon por recuperarlas aún bajo una dirección de la dictadura militar. ¡Por la expropiación de los bancos, financieras, negocios y empresas del imperialismo ingles en todo el territorio argentino! No figura en su agitación.

Ante esta situación política y estas alternativas concretas en las elecciones presidenciales de Argentina, y dado que no contamos con la fuerza ni el vehículo para una campaña electoral de agitación revolucionaria, Izquierda Internacional levanta la propuesta de apoyo muy crítico a la formula del FITU y llamamos a rechazar el voto por alguna de las variantes burguesas, pero acompañando siempre nuestra posición con las criticas arriba mencionadas que llamamos a discutir con toda la base de los partidos del FITU y los trabajadores y jóvenes en general. Rechazamos el silencio de algunas organizaciones que llaman a votar al FITU, pero callando sus falencias. Llamamos a las bases de los partidos del FITU a levantarse contra sus direcciones y forzar la mano a una campaña de agitación revolucionaria.

Rechazamos la abstención como recurso revolucionario en estas elecciones porque, como sostenía Lenin, para hacerlo es necesario contar con las fuerzas para boicotear efectivamente el acto electoral. En las presentes circunstancias y dado que un gran porcentaje de la clase obrera y la juventud está prestando atención a la disputa electoral, ignorar las elecciones no es apropiado y deben utilizarse para propagandizar una verdadera plataforma revolucionaria.

Algunos grupos revolucionarios también sostienen el voto en blanco que es una participación electoral viable para la izquierda, siempre y cuando se cuenten con recursos para agitar esa posición entre las masas. Eso no es visible hoy día.

Llamamos pues a rechazar todas las variantes y candidaturas burguesas y a votar críticamente al FITU al mismo tiempo que le demandamos abandonar el electoralismo pequeñoburgués y que levanten un programa revolucionario incluyendo aquellos puntos que hoy criticamos por su ausencia.

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