Características generales
Brasil es un gigante en todos los aspectos; con una superficie de 8.511.965 km2 es el 5º mayor país del mundo y cuenta con 7.408 kilómetros de costa sobre el océano atlántico. Es el 7º país más poblado con 214.145.111 habitantes que hablan portugués y es uno de las dos ecoregiones con más biodiversidad del mundo. Su PBI (PPA) alcanza los 4.260.000 billones de dólares alcanzando el 8º lugar en el mundo.
No es casual que desde principios del siglo XXI haya logrado convertirse en una nación imperialista recobrando el status que sostuvo durante buena parte del siglo XIX.
Su capital, Brasilia tiene 3.094.325 habitantes, mientras que São Paulo alcanza los 12.396.372 hab.; Río de Janeiro 6.775.561 hab.; Salvador 2.900.319 hab.; Fortaleza 2.703.391 hab. y Belo Horizonte 2.530.701 hab. El estado federal está conformado por 26 estados y el Distrito Federal de Brasilia. Desde el 1º de enero de 2023 está gobernado por el Partido de los Trabajadores, adscripto al eje internacional imperialista fundador de BRICS.
Ambiente.
Sus ecoregiones son: la región amazónica, baja, llana, húmeda y cálida, con densas selvas y grandes ríos. El noreste es una altiplanicie de 300 m a 1.000 m, que incluye zonas semidesérticas de espinos y cardos sufriendo devastadoras sequías; al este el terreno es quebrado con colinas; el sur, de clima moderado, tiene una angosta zona baja y húmeda en la costa y mesetas de 800 m a 900 m de altitud más al oeste.
Antecedentes históricos.
El territorio de Brasil estuvo habitado por diversas etnias oiginarias, principalmente de la familia lingüística tupí-guaraní, cuando fue invadido por los europeos a partir del año 1500. En 1532, los portugueses establecieron su primera colonia y crearon plantaciones de caña de azúcar a lo largo de la costa. En las plantaciones se empleaba mano de obra esclava, inicialmente indígena y luego traída de África (la esclavitud en Brasil fue abolida recién en 1888). En los siglos XVII y XVIII descubrieron grandes reservas de oro y de diamantes en Brasil, por lo que aceleraron su expansión en el territorio para extraer esos recursos.
En 1789 se inició el primer movimiento brasileño que intentó sin éxito rebelarse contra el Reino de Portugal. En 1807, la invasión napoleónica de Portugal provocó la huida de la familia real a Brasil donde el regente Juan instaló su corte en Río de Janeiro. Derrotado Napoleón por los británicos y sometida Portugal a este, intentaron restablecer el orden colonial en Brasil, sin éxito.
En 1822 se declaró la independencia de Brasil, proclamando el imperio apoyado en los grandes propietarios rurales. Este status se mantuvo hasta el golpe militar en 1889 auspiciado por Gran Bretaña, bajo la máscara de una república federal.
Para mediados del siglo XIX el mundo había cambiado mucho, las naciones imperiales estaban terminando de repartirse las colonias, cosa que formalizarían en la Conferencia de Berlín de 1884 y el imperio brasileño muy debilitado y atrasado, estaba siendo sometido a fuertes presiones sobre todo de Gran Bretaña, quien fue el alter ego que presiono para lanzar la tristemente célebre Guerra de la Triple Alianza contra Paraguay (1864-1870). El imperio brasileño exhausto y en crisis cayo en 1889, fundándose la 1ª república, que desde entonces no fue otra cosa que una nueva semicolonia inglesa.
A partir de 1937, el impase en la disputa entre UK y USA debido a los preparativos de guerra en las naciones imperialistas, permitió a varias naciones semicoloniales alrededor del mundo disfrutar de una relativa independencia. En ese marco es que en Brasil se genera a partir de un golpe de estado, que eleva a Getulio Vargas al poder, un nuevo régimen denominado Estado Novo. Vargas nacionalizó industrias como el petróleo, el acero y la electricidad e impulsó el desarrollo de la industria.
Ya desde 1942 al acentuarse la presión imperial yanqui en el hemisferio y el paralelo debilitamiento de la otrora influencia británica, el gobierno brasileño decide entrar en guerra contra el Eje enviando en 1944 una fuerza de soldados a Italia para luchar contra los alemanes.
La presión imperial y el conflicto de USA con la URSS, consolidó el alineamiento con Washington, a pesar de las contradicciones internas, llevando a que el 31 de marzo de 1964 el ejército diera un golpe de estado encumbrando al mariscal Humberto Castelo Branco a la cabeza de un régimen en el que alternaran cinco dictadores y que se extendiera hasta 1985.
Si bien la democracia burguesa se reinstala en 1985, recién en 1992 la burguesía brasileña retoma su despliegue imperialista, iniciado por Fernando Henrique Cardoso desde 1994 del PSDB, quien gobernó hasta el 2002. A continuación le sucedió Luiz Inácio Da Silva del PT hasta 2010, Dilma Rousseff del PT del 2011 hasta el 2016 donde es impugnada y destituida.
Entre 2016 y 2022 se despliega la contraofensiva yanqui con el gobierno de Michel Temer del PMDB hasta 2018 y sucedido por Jair Bolsonaro del PSL hasta el 2022. Este periodo finaliza con la asunción de Da Silva, actual presidente.
Economía.
Dotación de recursos.
Brasil tiene abundantes recursos minerales, siendo el segundo mayor exportador mundial de hierro y uno de los principales productores mundiales de aluminio y carbón, así como grandes reservas de petróleo.
Es el mayor productor mundial de café, caña de azúcar y naranjas, y es uno de los mayores productores mundiales de soja, es el cuarto mayor exportador mundial de madera. Brasil tiene el mayor rodeo de ganado comercial del mundo. No obstante, aunque la agricultura representa el 40,1% de las exportaciones, contribuye relativamente poco al PIB (6,9%) y solo emplea al 9,1% de la población.
Medios de producción.
Brasil también es una gran potencia industrial, dispone de enormes sectores en las industrias textil, aeronáutica, farmacéutica, automotriz, siderúrgica, química, alimenticia, calzado, astilleros, petroquímica, metalúrgica y biocombustibles. Muchos de los grandes fabricantes de automóviles y autopartes del mundo han establecido plantas de producción en Brasil. El sector industrial aporta un 18,9% al PIB y emplea al 20% de la población.
El sector de servicios representa el 59,4% del PIB brasileño y emplea al 70,9% de la fuerza laboral activa. El turismo también ha ido en aumento en los últimos años, por lo que es un segmento importante del sector.
Energía.
Composición de la generación eléctrica; Hidroelectricidad 65,2%, Carbón 3,1%, Petróleo 1,6%, Gas natural 8,3%, Nuclear 2,2% y renovables 19,5%. Importa el 10,5% del consumo.
Comercio exterior.
El principal socio comercial es China, el intercambio bilateral en 2023 sumó US$181.000 millones, de los cuales US$122.000 millones correspondieron a exportaciones del país sudamericano que obtuvo un superávit comercial de US$63.000 millones. Brasil es uno de los pocos países del mundo que tiene un superávit comercial con China. En segundo lugar, esta USA y en tercer lugar Argentina, con quien el intercambio en el primer trimestre del 2024 alcanzó los 1.105 millones de dólares.
Empleo y salarios.
Actividad económica por sector
2023 | Agricultura | Industria | Servicios |
Empleo por sector (en % del empleo total) | 9,7 | 20,6 | 69,7 |
Valor añadido (en % del PIB) | 6,8 | 20,7 | 58,9 |
Valor añadido (crecimiento anual en %) | -1,17 | 1,6 | 4,2 |
La tasa de desempleo alcanzó en 2021 el 14,4% aunque ya para agosto de 2023 habría bajado al 8%. Regionalmente el nordeste registra los valores más altos con Bahía, Pernambuco y Amapá a la cabeza. La tasa de subempleo alcanza en el sector primario el l7,6%, en la industria 7,3% y en servicios 8,2%.
Inversión bruta fija.
La inversión bruta fija en 2023 fue de solo el 16.5% del PBI.
El flujo de IDE en Brasil ascendió a 43.591 millones de dólares en 2022, un 10,67% más que en 2021. Estados Unidos se situó como el principal país inversor en el país con un 25% de la IDE, seguido de Países Bajos (20%), Luxemburgo (8%), España (6%), Alemania (6%) y Canadá (4%).
La mayor parte de la inversión directa ha ido destinada al sector de los servicios (59% del total), destacando la recepción de inversiones por el sector financiero, el sector comercial y el sector de energía.
Indicadores sociales.
La mortalidad infantil alcanzo en 2021 la tasa de 13,8 por mil nacidos vivos.
La tasa de analfabetismo es tres veces mayor a la zona urbana (24,7% y 9,5%, respectivamente). La mayor concentración de analfabetos está en la población con más de 60 años (34%), mientras que la tasa de analfabetismo en la población con edad entre 10 y 19 años es de 7,4%.
Unos 33,1 millones de personas pasan hambre en Brasil
62,5 millones de personas en 2021, equivalentes a 29% de la población, de acuerdo a datos oficiales divulgados en diciembre, es el contingente de personas con renta familiar per cápita de hasta R$ 497 por mes unos 96 dólares) llegó a 62,9 millones de brasileños en 2021, lo que representa el 29,6% de la población total del país. En dos años (2019 a 2021), 9,6 millones de personas vieron comprometidos sus ingresos y se unieron al grupo de brasileños que viven en la pobreza.
Un problema grave y creciente son las adicciones generalizadas, no casualmente su incidencia es mayor entre los más pobres y sobre todo entre los negros. El hacinamiento en los márgenes de las grandes urbes exacerba sus pésimas condiciones de vida, donde las drogas y las bandas por un lado y las iglesias evangélicas por otro se convierten en las únicas ¨salidas¨ a una realidad aterradora.
Sociedad
La burguesía nacional.
Entre los más importantes imperios brasileños encontramos el Grupo Soma, Petrobras, AmBev, Camargo Corrêa, JBS-Friboi, Grupo Gerdau, Acerbrag, Belgo Mineira, Grupo Randon, Marco Polo, Sabó, Moura, Colombo, Natura Cosméticos, Eurofarma, Coteminas, Agrale, Sadia, Santista, etc…
En la región, Brasil no solo logró múltiples acuerdos de cooperación y promovió la gran expansión de negocios brasileños en obras de infraestructura, sino que logró una clara predominancia política ante el vacío que dejaba Washington.
Sin una mayoría sólida en el Congreso, el gobierno de Lula propuso en noviembre un proyecto de ley para que el BNDES vuelva a financiar obras y servicios de compañías de su país en el exterior, como prometió en Buenos Aires. Los créditos de ese banco para proyectos de infraestructura de empresas brasileñas en América Latina y el Caribe crecieron más de 1.000% entre 2001 y 2010, volviéndose una palanca del liderazgo regional de Lula.
Pero los desembolsos se suspendieron en 2016 en medio de la operación Lava Jato que investigó actos de corrupción de las constructoras que obtenían esos créditos. Por ejemplo, planteó que se prohibirían los créditos a países deudores de Brasil como Cuba y Venezuela, donde el BNDES apoyó proyectos multimillonarios de Odebrecht: desde una línea de metro en Caracas hasta la ampliación del puerto Mariel.
Brasil es uno de los principales imperios que dominan Argentina, las principales inversiones brasileñas en Argentina en los últimos años se concentran en torno a los sectores de recursos naturales y sus manufacturas, algunas industrias de contenido tecnológico medio y servicios de tipo variado.
Explotados y oprimidos.
La clase obrera y la pequeña burguesía trabajadora son enormes, en el primer caso dos tercios del total no están registrados, mientras que los trabajadores por cuenta propia son precarios en su totalidad.
La clase obrera rural está bastante desarrollada, aunque sus condiciones son extremadamente precarias.
Los propietarios rurales de una única parcela son numerosos en el noreste y en el occidente, aunque están en continua caída, fruto de la expansión de latifundios y las catástrofes ambientales, viéndose obligados a trasladarse a los márgenes de las grandes urbes.
La clase obrera industrial está sindicalizada y durante las dos últimas generaciones no ha visto amenazado sus empleos y nivel de vida, salvo algunos sectores específicos ligados a las grandes corporaciones nacionales castigados por USA desde 2016 hasta el 2020. Generaciones anteriores, desde los años ´80 fueron muy organizados y luchadores, tradición reivindicada al día de hoy, queda por verse si frente a una eventual depresión estará a la altura de aquellos.
Existe hoy una fuerte aristocracia obrera, sobre todo en San Pablo y Belo Horizonte en la que se apoya una burocracia sindical concentrada en la CUT.
Brasil cuenta con un lumpen proletariado creciente, que se ha mantenido por generaciones y en este sector es muy fuerte el cristianismo evangelista, baptistas, etc., que generalmente apoya las variantes políticas derechistas extremas como Bolsonaro.
La enorme porción de la clase obrera, incluso industrial no registrada ni sindicalizada es con seguridad, el sector de clase con más posibilidades de salir a la lucha cuando las condiciones materiales así se lo exijan.
Desde fines de la década de los 90´del siglo pasado Brasil creció económicamente y millones de personas salieron de la pobreza gracias a programas asistenciales del Estado, en medio de una bonanza impulsada por los altos precios de las materias primas.
La lucha de clases.
Hoy está limitada a procesos defensivos y localizados.
Entre 2015 y 2017 se dio un proceso de luchas parciales contra el ajuste implementado por Dilma Rousseff, que al carecer Brasil de corrientes políticas revolucionarias que la canalicen contra el régimen fue utilizada por USA y sus aliados para deshacerse del gobierno pro BRICS y asestar un duro golpe a la burguesía imperialista brasileña.
Esa energía se desvaneció y aún prima la desmovilización a pesar de que las condiciones de vida de las masas no han dejado de caer.
Corrientes políticas y sindicales.
El Partido de los Trabajadores (PT) surgió de los movimientos sindicales de los 80 en la región del llamado ABC Paulista, tuvo un rápido desarrollo y ya para los 90´ paso a ser un partido burgués más. Desde principios del siglo XXI paso a representar los intereses de los BRICS en Brasil y toda Sudamérica. Actualmente gobierna el país desde 2023, rearmando sus alianzas, su agenda internacional y regional, aunque el panorama actual es muy diferente al que tuviera en sus primeros gobiernos.
Lula y el PT padecen el desgaste, incluida la corrupción, mientras paralelamente incrementa la polarización con la derecha conservadora y la ultraderecha evangelista lideradas por el ex presidente Jair Bolsonaro y sus seguidores, miles de los cuales invadieron con violencia Brasilia un año atrás buscando un golpe de estado militar.
El Partido Liberal (PL) es un viejo partido de ¨alquiler¨ al que se unió Bolsonaro en 2021 y lo convirtió en el segundo más importante del país.
El resto de los partidos son sellos, que terminan aliándose con alguna de las dos corrientes nacionales que expresan su identificación con USA o con BRICS, entre ellos el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) Fundado en 1980 a instancias de la dictadura, al que perteneció Tancredo Neves y el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) Fundado en 1984 por políticos provenientes del PMDB, como Mario Covas, Fernando Henrique Cardoso y José Serra. Creció enormemente durante los dos mandatos de Fernando Henrique Cardoso.
En la izquierda se encuentran el Partido Socialismo y Libertad (PSOL) fundado en 2004 por algunos cuadros alejados del PT y partidarios de la Liga Internacional Socialista (LIS) y de la Unión Internacional de Trabajadores (UIT), fue desde sus comienzos una corriente centroizquierdista. En 2022 dio un paso más a la derecha llamando votar por el PT en 1º vuelta.
El Partido Socialista de los Trabajadores Unificado (PSTU) sección brasileña de la LIT(CI), presento candidatura a la presidencia obteniendo 25625 votos (0,02%).
La Central Única de Trabajadores de Brasil (CUT) es la central más grande del país, fundada el 28 de agosto de 1983 en São Bernardo do Campo, São Pablo. Actualmente agrupa 7,4 millones de trabajadores en todas las áreas productivas. Es la mayor central sindical de América Latina y la quinta del mundo
Coordinación Nacional de las clases Trabajadoras (CONCLAT) es la central más antigua y en total decadencia; fue el reducto de la vieja burocracia sindical desde principios del siglo XX, denominados pelegos.
Fuerza Sindical (FS) fue formada en 1991 por Luis Antonio Medeiros, dirigente de la Confederación General de los Trabajadores. Hoy reducida a una mínima expresión fue dirigida por el Partido Comunista del Brasil (PCdoB), el Partido Comunista Brasileño (PCB) y el Movimiento Revolucionario 8 de agosto (MR-8). En 2013, líderes vinculados al Partido Comunista de Brasil (PCdoB) la renombraron como Central de Trabajadores y Trabajadoras de Brasil (CTB).
Coordinación Nacional de Luchas (Conlutas) fue creada en marzo del 2004, originalmente cercana al Partido Socialista de los Trabajadores Unificados (PSTU) y al Partido Socialismo y Libertad (PSOL). Según sus fundadores, las centrales existentes ya no representarían a los trabajadores ni a la base de sus sindicatos y movimientos ” debido a su estrecha conexión con el gobierno y a sus métodos burocráticos ” y por no ” defender en consecuencia a los trabajadores“.
En un Congreso Nacional celebrado en la ciudad de Santos, São Paulo, los días 5 y 6 de junio de 2010, la Coordinación Nacional de Lutas (Conlutas), se transformó en la Central Sindical y Popular (CSP-Conlutas), que contaría con 140 sindicatos y 2 millones de trabajadores.
Integrantes de la directiva de CSP-Conlutas participan y promovieron la preparación del Encuentro Internacional del Sindicalismo Alternativo de 2013, en el que se discutirá la crisis, los procesos de movilización y cómo los trabajadores pueden avanzar en las luchas y la unidad internacional. En 2013, líderes vinculados al PSOL y al Partido Comunista Brasileño (PCB) formaron el Instrumento de Lucha y Organización de la Clase Trabajadora.
El régimen y la actualidad.
El equilibrio actual del régimen es altamente inestable y no está exento de la declinación que la democracia burguesa ostenta en el resto del globo, con sus corrientes políticas desacreditadas, instituciones concebidas para un Brasil que ya no existe, con gobernaciones fuertes y un poder ejecutivo muy dependiente de ellas, heredados de la “ Vieja República, el Estado Novo” y la dictadura, más allá que durante los ´90 del siglo XX se erigió como nación imperialista, no termina de gestionar un estado asediado por la lucha inter imperialista global, la decadencia capitalista y los conflictos al interior de la propia burguesía.
En cuanto la situación se complique, la burguesía se encaminará a un régimen crecientemente bonapartista, ya que tendrá que lidiar con explotados y oprimidos, las consecuencias de las catástrofes ambientales, mientras paralelamente se introduce en el conflicto inter imperialista.
Conclusiones y perspectivas.
Dinámica actual.
Es extremadamente difícil precisar con exactitud los tiempos de los acontecimientos futuros en Brasil, sin embargo, es plausible prever su sentido general; Habrá convulsiones enormes y tendencias a la guerra civil. Esto es así, toda vez que su burguesía imperialista no puede soslayar el imperativo capitalista a mantener su tasa de ganancia y ello sólo puede lograrse a escala internacional.
El hecho de haber llegado a desplegar su potencial imperial cuando el capitalismo comenzara a agonizar no le ayuda, la competencia entre los imperios es feroz y sólo una lucha despiadada puede asignarle un rol en el futuro. La experiencia entre 2016 y 2022 le demostraron que rápido pueden deshacerse sus logros bajo los golpes de sus enemigos más poderosos. La rápida decadencia de otros formidables imperios como Inglaterra, Alemania y Francia, confirman la dificultad del presente.
La lucha por un lugar entre los grandes escalará inevitablemente hacia conflictos bélicos, todo esto mientras busca mantener su explotación de los países de América del Sur y sus intereses allí son cuestionados por USA en términos geopolíticos.
Al interior, la heterogeneidad de todas las clases hará extremadamente difícil mantener la gobernabilidad, lo que incrementará la deriva hacia el bonapartismo y eventualmente a regímenes más abiertamente dictatoriales.
Habrá lucha creciente por parte de explotados y oprimidos lo que acelerará cambios en el régimen para lograr enfrentarlas con éxito.
Manifestaciones ambientales extremas.
Un territorio tan vasto y dotado de tamaña diversidad, aloja en consecuencia, deterioros de una magnitud equivalente escala global. La pérdida de selva en la Amazonía solo de enero a julio de 2022, alcanzó 11.568 kilómetros cuadrados y fue el cuarto año según datos del Ministerio brasileño de Medio Ambiente, 1,34 millones de hectáreas en once estados el país están clasificadas como Áreas Susceptibles de Desertización (ASD), lo que afecta a cerca de 35 millones de habitantes.
El nordeste del país se encuentran en estado de “degradación extrema” del suelo, lo que las expone a una posible desertización a más de 1,26 millones de kilómetros cuadrados, según datos de la estatal Empresa Brasileña de Pesquisa Agropecuaria (Embrapa).
Producto, entre otras causas de la deforestación, como la proliferación de enfermedades y plagas, las consecuencias de la destrucción ambiental provocan alteraciones en los patrones de funcionamiento atmosféricos como el Niño y la Niña, que a su vez influyen en los fenómenos extremos y la frecuencia de inundaciones históricas, récord de incendios forestales, olas de calor sin precedentes, sequías: los eventos extremos se multiplican y se harán más frecuentes en Brasil.
El peor desastre climático de la historia de Rio Grande do Sul (sur) se cobró al menos un centenar de vidas y arrasó con la economía de ese estado agropecuario, el cual demorará meses e incluso años en recuperarse. En años recientes, inundaciones golpearon también la ciudad de Recife (Pernambuco, noreste) y los estados de Minas Gerais (sureste) y Bahía (noreste).
El año pasado, fue escenario de 1.161 desastres naturales, más de tres por día en promedio. Ese es un récord desde que comenzaron los registros, en 2011, según el Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales (Cemaden).
Entre enero y abril del 2024se registraron más de 17.000 incendios forestales, más de la mitad de ellos en la región amazónica, donde aumentaron 153% en un año, según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales brasileño (INPE).
Alineación en el conflicto interimperialista.
Brasil es socio fundador de los BRICS y su burguesía transnacional es consciente que no tiene futuro fuera del grupo, de hecho, la experiencia con Bolsonaro no hizo más que ratificar ese “destino manifiesto”. Claramente el conflicto inter imperialista se desliza hacia una guerra mundial directa y Brasil no estará fuera de ésta.
Por lo demás es altamente posible que USA busque generar conflictos bélicos incluso en América del Sur y en ese caso Brasil será el gran contendiente. Es poco factible imaginar un período largo sin guerras en el cono sur.
Corto plazo.
Durante el último trimestre de 2024 probablemente se mantenga la “tranquilidad social”, toda vez que algunos sectores de la economía han recuperado cierto dinamismo, pero en todo 2025 comenzarán los reclamos ya que empezarán a materializarse los resultados de la actual política monetaria antiinflacionaria que tenderá a ralentizar la economía.
Mediano plazo.
Es francamente poco probable esperar un desarrollo estable en los próximos años; el conflicto interimperialista del que Brasil es actor principal, las catástrofes ambientales y la desigualdad extrema, no permiten avizorar más que conflictos agudos.
Las elecciones municipales del 6 de octubre último que mostró ganadores a los conservadores duros en casi todas las grandes ciudades, muestra la fragilidad de la coalición populista de derecha en el gobierno, la cual garantizara en el pasado estabilidad al régimen y apuntaló el despliegue global de su burguesía transnacional.
Por lo demás Washington con seguridad intentará neutralizar a Brasil como ariete de los BRICS en la región debe descartarse siquiera algún conflicto bélico regional.
Programa.
- Escala móvil de horas de trabajo; distribución entre ocupados y desocupados sin disminuir el salario.
- Trabajo para todos a cargo del estado.
- Terminemos con la destrucción del ambiente.
- Basta de explotar hidrocarburos y desforestar.
- Defensa de todos los pueblos originarios.
- Basta de racismo y machismo.
- Autodefensa de las luchas y las organizaciones.
- Disolución de las fuerzas de seguridad.
- Hay que desarmar las bandas ultraderechistas y narcos.
- Disolución del reaccionario poder judicial.
- Por un estado laico. Fuera la religión de la política.
- Fuera las empresas brasileñas de Sudamérica.
- Ni los populistas del PT ni los reaccionarios de Bolsonaro.
- Por un gobierno obrero apoyado en los campesinos y pueblos originarios.
- Abajo el Mercosur y todos los tratados opresores.
- Por una Federación Socialista de Sudamérica.
- Abajo el capitalismo.
14/01/2025