
USA. Balance de la situación actual.
Por Carlos Petroni
Trump parece más poderoso de lo que realmente es. El mundo está dividido en dos grandes bloques que compiten entre sí: Oriente y Occidente. Sin embargo, la firmeza y la postura agresiva de la administración Trump crean la ilusión de un mundo unipolar dominado por Estados Unidos. Esta percepción se ve reforzada por la forma autoritaria en que Washington lleva a cabo sus negocios.
La aparente fuerza de Trump se ve reforzada por la cobardía de los líderes pequeñoburgueses de China, las manos ensangrentadas de Rusia, atrapada en una interminable guerra interimperialista en Ucrania, y la fragmentación y debilidad de los gobiernos de América Latina y Europa. Mientras tanto, África sigue sumida en golpes de Estado, guerras civiles, conflictos étnicos y crisis sanitarias y económicas superpuestas. En este volátil panorama global, China —la única otra potencia imperialista capaz de desafiar la hegemonía estadounidense— ha optado por una estrategia de prudencia, construyendo silenciosamente su fuerza para el futuro. Sin embargo, esta restricción no puede durar para siempre.
Las acciones imprudentes y criminales de la administración Trump —su complacencia a la derecha fascista, incluidas figuras como Elon Musk, su absurdo rechazo incluso de los principios básicos del bipartidismo democrático burgués, y su descuido de las catástrofes climáticas que se acercan rápidamente a su clímax— conducirán inevitablemente a la catástrofe. Las guerras, la violencia, las drogas, el racismo y la aniquilación de la clase trabajadora continúan aumentando. Mientras tanto, la nueva oligarquía estadounidense —Musk, Zuckerberg, Bezos y otros— se precipita imprudentemente hacia el abismo como una locomotora desbocada sin frenos. La única pregunta sin respuesta es cuántos millones de personas perecerán como resultado y si esta crisis en desarrollo marcará el comienzo del capítulo final antes de la extinción.
Los oprimidos se encuentran ahora en una encrucijada. ¿Se levantarán en oleadas de lucha de clases, o caminarán voluntariamente y desarmados hacia el matadero? Tanto los liberales como los izquierdistas están ayudando a la derecha depositando una fe equivocada en “las instituciones del sistema” para contener la crisis. Siguen defendiendo el dogma de la no violencia, como si cualquier cosa que no sea una acción directa y decisiva pudiera evitar el desastre que se avecina. Pero la historia ya ha demostrado que la pasividad frente a la tiranía solo conduce a una mayor destrucción.
1. Abajo los fascistas y los gobiernos y regímenes de derecha, empezando por el trumpismo, pero no limitado a él.
2. Falta de confianza en absoluto en los liberales o socialdemócratas de todas las tendencias, incluidos los trotskistas modernos del tipo FITU.
3. Frente único de organizaciones obreras y revolucionarias bajo el mando general del socialismo o la extinción
4. No al pacifismo, a la autodefensa y a las milicias del movimiento de masas.
CP
29/01/2025