Ni una palabra sobre la eliminación de la producción de combustibles fósiles
Terminó el COP27. Se apagaron las luces. Bajaron las cortinas. Las actuaciones salieron conforme al plan. Los principales actores se entregaron a la farsa luego del drama, ahora, el show debe continuar…
El objetivo de los principales gobiernos imperialistas del mundo, lo han demostrado una vez más, es el de mantener los negocios de la manera usual, por el mayor tiempo posible.
Las decisiones reales y consecuentes continuarán tomándose a puertas cerradas, al interior de las salas de guerra y corporativas del imperialismo mundial. Las conferencias públicas sobre el cambio climático no son más que meros espectáculos de relaciones públicas. La clase dominante a nivel internacional ya ha decidido que hacer. En este momento, necesitan expandir la exploración y explotación de combustibles fósiles porque la cadena de suministro de energía está hundida en un caos. Las corporaciones están intensificando la exploración y explotación de combustibles fósiles en África y el mar del Atlántico Sur, seleccionando países cuya dependencia económica los mantiene como países semicoloniales cautivos.
La falsa posibilidad de cualquier tipo de acuerdo sobre la eliminación gradual de la producción de combustibles fósiles es más llamativa con el trasfondo de la guerra en Ucrania, donde los bloques imperialistas del Este y del Oeste continúan involucrados en anacrónicas batallas geopolíticas de la era de la guerra fría, mientras tanto los polos del planeta se están derritiendo a un ritmo creciente llevando al clima a un estado irreversible que amenaza existencialmente la vida en el planeta y, por lo tanto, la existencia misma de una civilización humana, capitalista o no.
La clase capitalista a nivel internacional no ha dejado la menor duda de que es incapaz de emprender algún tipo de acción global para realizar los cambios estructurales necesarios en la cadena productiva de la economía mundial. Cada país imperialista tiene intereses económicos y políticos propios que priman sobre cualquier otra consideración. La clase capitalista nunca se reformará a sí misma, ni nacional ni internacionalmente, ni cederá su poder político y económico, de la misma manera que nunca abandonará sus ambiciones geopolíticas o sus fuentes de privilegio.
No importa cuán estridentemente el Secretario General de la ONU proclame que nos dirigimos al precipicio debido a que el planeta está por alcanzar puntos de inflexión irreversibles en los sistemas climáticos de la tierra [que es lo que los científicos claman cada vez más abierta y visiblemente], no se llevará a cabo ninguna acción significativa. Por el contrario, las denuncias que suenan radicales del Secretario General de la ONU son la mejor cortina de humo para la inacción real de los principales contaminadores del mundo.
Estos gobiernos afirmarán fácilmente que se están logrando avances en las medidas fiscales y de mercado, como el impuesto sobre el carbono [Cop26], o su prohibición o eliminación gradual en la Unión Europea. También proclamarán que una futura electrificación del transporte es una panacea, cuidándose de ocultar el hecho de que la producción de la energía seguirá dependiendo fundamentalmente de combustibles fósiles y que la producción de vehículos eléctricos en sí misma es altamente contaminante, desde la producción de las baterías requeridas, con todo el daño que ocasiona la industria minera a los ecosistemas, hasta la fabricación de los vehículos mismos.
Los cabilderos de las corporaciones de combustibles fósiles participan en números cada vez mayores en las reuniones de la COP con el objetivo de descarrilar cualquier tipo de lenguaje en las declaraciones oficiales finales que los culpe por los desastres del cambio climático al mismo tiempo que buscan desviar la responsabilidad de su industria, no hacia la producción capitalista en sí, sino hacia los consumidores a quienes cínicamente les piden que se hagan responsables de la ropa que usan, los productos que compran o el transporte que utilizan.
Lo que ahora proclaman como el gran avance logrado en el COP 27 es la creación de un fondo para ayudar a los países más afectados con las pérdidas irreversibles que sufran debido al cambio climático, lo que en la juerga actual llaman “Loss and Damages fund,” pero evita cuidadosamente atribuir legal ‘liabilities’ a los países y corporaciones responsables. El fondo en sí es además completamente insuficiente y no define cuales países podrían acceder a los mismos.
La idea central detrás del esquema de “Loss and Damages,” lejos de ser progresiva no es más que un mecanismo que podrá ser utilizado para forzar a millones de personas a permanecer en los lugares que están aunque estos se vuelvan cada vez más precarios. Lo inevitable sucederá: millones y millones se convertirán en refugiados del clima y buscarán emigrar a otras latitudes. Estas migraciones masivas traerán aparejadas una desestabilización de todas las sociedades globalmente y se fortalecerán los movimientos reaccionarios y chauvinistas que han proliferado recientemente.
La próxima reunión de la COP de la ONU tendrá lugar en Dubai, EAU, el séptimo país productor de combustibles fósiles del mundo. Eso basta para indicar la dirección que quiere continuar tomando la burguesía mundial.
La lucha contra la extinción no avanzará alimentando la noción de que basta con formar grupos de presión para que la burguesía cambie de rumbo. Es necesario tomar en nuestras manos la conducción de las bases materiales y políticas de la sociedad humana para detener la destrucción.
Todo el aparato productivo del capitalismo necesita ser reinventado bajo formas socialistas y democráticas que tendrán la tarea de redefinir los niveles de producción y de consumo que sean compatibles con la vida en el planeta.
A las masas que se lancen a la lucha les decimos:
¡Ni un gramo de confianza en la clase dominante y sus agentes!
Exijamos ahora la expropiación de todas las corporaciones contaminantes y su puesta bajo control democrático obrero y público.
¡Abajo todas las estructuras de explotación y opresión que esclavizan a la clase trabajadora y las comunidades oprimidas y destruyen el ambiente y todas las especies!
¡Abajo el capitalismo!
¡Abajo la guerra imperialista!
Socialismo o Extinción.
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