
La actualidad.
El reciente triunfo de Donald Trump aleja episódicamente el fantasma de convulsiones sociales inminentes, pero prepara el camino para explosiones a mediano plazo, toda vez que las condiciones materiales del imperialismo norteamericano son extremadamente desfavorables. La caída de la tasa de ganancia, así como la dificultad para exportar sus desequilibrios como podía hacer otrora, lo enfrenta inevitablemente a la guerra.
Contradictoriamente Trump funciona como una transición entre la etapa imperialista internacionalista que está agotada y un retorno al proteccionismo característico de su etapa de imperialismo nacional, aunque en condiciones adversas y distintas a las que existieran durante la segunda mitad del siglo XIX y la 1ª Guerra Mundial. El imperativo de verse obligado a impulsar un severo ajuste al interior de la nación no suplantará la necesidad de destruir capital acumulado por sus rivales BRICS.
Las cartas están echadas, y sin perjuicio del camino más o menos sinuoso que el porvenir nos depare, el final no puede evitarse.
El ambiente
El 40% de los suelos continentales de Estados Unidos se han convertido en desiertos o están en camino a ello raudamente, según la Oficina de Administración de Suelos de ese país. Esto implica multiplicar por mil el ¨Dust Bowl¨ de mediados de los años 30.
Los estados del centro son los más comprometidos, Texas, Nuevo México, Arizona, Colorado, Kansas, Wyoming y Nebraska sufren un acelerado proceso de desertificación.
Uno de los factores que más contribuye es la práctica de agricultura mecanizada de monocultivos transgénicos apoyados en agrotóxicos a gran escala, que degrada las capas de tierra fértil. La agricultura y la ganadería intensivas han sido responsables en un 66% de la pérdida de suelos. Muchas de esas explotaciones fueron posibles por el desmonte de la vegetación nativa, la labranza ininterrumpida y sin rotación que además ha ido agotando las napas freáticas.
Macroeconomía.
Veamos los cinco indicadores macroeconómicos fundamentales de toda economía: la inversión, la productividad, la deuda, el déficit fiscal y el comercio exterior. Encontraremos en ellos sumados a la situación del trabajo, las razones de la caída en el nivel de vida de las masas y las perspectivas a futuro.
La inversión.
De 1997 a 2019 la Inversión Bruta en Capital Fijo cayó del 22% al 14% en todo el globo, incluyendo el crecimiento aportado por los BRICS a valores constantes. Sin embargo el porcentaje de ella destinada a industria, manufacturas y construcción no ha dejado de caer desde mediados de los 90´. En USA, cae desde 2021 a 2023 del 22 al 18%.
La productividad.
La productividad subió el 3% en 2023 y 8,5% desde 2019 apuntalada en la caída de los salarios respecto de la inflación y por la tracción de los servicios. A esta suba sin embargo debe descontársele la inflación, convirtiéndola en casi nula.
La deuda.
La deuda alcanzó el 122,3% del PBI a fines de 2023, el más alto desde 1946 en proporción y descomunal en términos absolutos, teniendo en cuenta un PIB en 2023 de u$s 27.720.000 billones (u$s 27.360.935 billones PPA).
Su amortización anual demanda u$s 870.000 millones al año (sólo intereses) y se estima que crezca velozmente.
Paralelamente la magnitud del mercado secundario de bonos se ha triplicado desde 2008, cuando cayera Lehman Brothers.
El déficit fiscal.
El déficit del presupuesto 2023 fue de u$s 1,9 billones/año, entre el 6% y el 7% anualizado. Dentro de él, los gastos en defensa alcanzan u$s 806.000 millones/año, solo en gastos directos y no contabilizan los de doble propósito.
Sumado a eso la balanza comercial arroja un déficit en forma crónica que supera u$s 1 billón anual y la cuenta corriente también es deficitaria en más del 15% del PBI.
A esto se suma la rápida reducción en la influencia del dólar en la esfera de transacciones internacionales, lo que le impide trasladar sus desequilibrios al resto de las naciones, como hiciera históricamente.
La obligación de solventar anualmente gastos crecientes por inflación, más el aumento de la amortización de una deuda creciente, hace difícil pensar como sorteará 2025 sin ir a una guerra abierta contra China y sus aliados.
Trabajo y calidad de vida.
El 17/9 pasado la Reserva Federal del Tesoro (FED) bajó la tasa de referencia en ¼ de punto de 5% a 4,75%, claramente fruto de la presión del gobierno demócrata buscando frenar la caída de la actividad antes de las elecciones.
Esto no ocurría desde el 1º trimestre de 2022 y difícilmente se mantenga después, ya que los datos fundamentales de la macroeconomía ameritan lo opuesto.
En cuanto al desempleo, si bien se maneja una tasa del 4,2% de la población económicamente activa (PEA), es decir 7,1 millones de desempleados y las cifras no contemplan a quien haya trabajado al menos 3 horas en el mes anterior, ni a los trabajadores indocumentados, ni aquellos registrados que hubieren recibido un cheque del gobierno en los últimos tres meses por cualquier motivo. El Departamento de Trabajo proyectó un aumento en 800.000 empleos entre abril de 2023 y marzo de 2024. En febrero de 2025 revisaron esta cifra diciendo que se crearon 589.000 empleos menos
Los salarios registrados subieron en promedio 4% en los últimos 12 meses, por debajo de la inflación. Esto explica la gran huelga de las automotrices de setiembre de 2023, la huelga de los 33000 trabajadores de Boeing lanzada el 14 de setiembre pasado en las factorías de Washington, California y Oregón, o la huelga del sindicato de portuarios del este de USA en 36 puertos, suspendiéndose hasta enero 2025 con un acuerdo de aumento salarial del 62% en seis años, quedando pendiente la exigencia de paralizar la automatización de los puertos.
Si bien hubo 254.000 nuevos empleos en septiembre, son de mala calidad, un tercio de ellos temporarios y todos en servicios, que apenas compensa el crecimiento vegetativo de la población.
El número de estadounidenses que abandonan sus empleos se ha reducido a casi la mitad en poco menos de tres años, por debajo de los niveles previos a la pandemia, lo que sugiere que los estadounidenses están luchando por encontrar empleos mejor remunerados.
Es importante destacar que la composición del empleo ha variado a través del tiempo, como una manifestación más del cambio en la matriz productiva general, caracterizada por la tendencia desde la industria hacia los servicios y al crecimiento del consumo a costa de la inversión, el ahorro y el comercio en la composición del PBI, desde su máximo en 1943 cuando el empleo fabril alcanzó el 38% de la fuerza laboral no agrícola, explicada fundamentalmente por la producción armamentística; después de la guerra, la proporción normal de trabajadores no agrícolas en el sector fabril quedó cerca del 30%.
A pesar de eso, si Estados Unidos hubiera sido una potencia industrial de posguerra al estilo de Alemania o Japón, la innovación tecnológica hubiera reducido esa proporción de 30% a cerca del 12%. En vez de eso, se redujo al 8,6%. Gran parte de la caída, hasta el 9,2%, es atribuible a políticas macroeconómicas disfuncionales, que desde la presidencia de Ronald Reagan, convirtieron a Estados Unidos en un país con déficit de ahorro, centrando las inversiones en activos financieros.
En las dos décadas que van de 1979 a 1999, el empleo fabril registró un lento descenso que lo llevó de 19 millones a 17 millones. Pero en la década posterior (1999 a 2009), se derrumbó a 12 millones. Esa fenomenal caída dio lugar a la idea de que con el cambio de siglo, la economía estadounidense ¨de pronto dejó de funcionar¨, sobre todo para los varones pertenecientes a la clase obrera.
Energía.
Un recorrido similar puede observarse en la matriz energética que a pesar de reducir su abastecimiento a una industria pesada menguante, sin embargo ha disminuido solo ligeramente el carbón para reemplazarlo por diesel destilado del crudo obtenido por fracturación hidráulica.
Lejos de descarbonizar la producción energética, se ha profundizado la utilización de combustibles fósiles, no sólo para el transporte y la industria, sino también para la generación eléctrica.
Paralelamente el consumo se ha multiplicado debido a la radicación creciente de instalaciones de backup informático y minería de criptomonedas que consumen ingentes cantidades de electricidad.
Hoy USA exporta hidrocarburos, incluso gas natural licuado a Europa compitiendo con los países exportadores tradicionales y contribuyendo a mejorar el balance comercial, aunque sesgando su perfil a la venta de bienes primarios.
Disparidad regional.
El enorme territorio de USA, así como la diversidad estatal han condicionado históricamente el tipo de asentamiento humano, como resultado del desarrollo de la producción. Los cambios en las modalidades productivas desde principios del siglo XXI, han reasignado la migración interna, generalmente desde las costas atlántica y pacífica fuertemente urbanizadas hacia el centro. Las oportunidades de empleo, el precio de la renta y en menor medida, el deseo de alejarse de la presión ejercida por las capitales metropolitanas han modificado la configuración poblacional.
Gentrificación.
Como sucede en todo el planeta, la concentración de la población en urbes, tiene como inevitable consecuencia el cambio del uso del suelo desde su utilización para vivienda personal al de reserva de valor o inversión inmobiliaria, lo que produce el desplazamiento desde las áreas centrales hacia la periferia y aún a otros estados, debido al encarecimiento de la renta.
Las clases sociales
La configuración social actual tiene características específicas, veamos:
La clase obrera industrial se ha ido reduciendo paulatinamente desde la década del ´80, paralelamente la clase obrera de servicios se ha incrementado sustancialmente, sobre todo en comercio, gastronomía, servicios financieros, personales y empresariales, mientras logística y construcción se encuentran estancados. Del total de los obreros rurales, la mitad trabaja de manera informal. Todos ellos han sido tradicionalmente votantes demócratas hasta principios del siglo XXI, sin embargo, esto ya ha comenzado a cambiar.
El grueso de la población se compone de trabajadores asalariados y cuentapropistas (pequeño burguesía) y todos ellos se encuentran alienados respecto a un régimen bipartidista vetusto e incapaz de expresar mínimamente sus aspiraciones. Esto se traduce en el bajo interés electoral, donde quienes votan lo hacen a uno de los candidatos al que perciben como un mal menor, aunque sin el menor entusiasmo.
Esta es una manifestación clara de la incompetencia terminal del régimen democrático burgués para gestionar naciones capitalistas decadentes tanto imperialistas como semicolonias.
Como sucede en buena parte del planeta, la pequeño burguesía media desesperada frente a su propia decadencia se radicaliza hacia la derecha, arrastrando también a sectores importantes de la aristocracia obrera que no ve futuro alguno. En ese caldo de cultivo se multiplican las corrientes cristianas fundamentalistas, el racismo blanco supremacista y el sionismo, que buscan canalizar el descontento de todos los explotados y oprimidos, así como la incapacidad de los liberales para gestionar en tiempos de paz que están llegando a su fin.
Sin perjuicio de cómo se materializaran los acontecimientos futuros, la dinámica indica que USA se encuentra quizá, frente a la última elección democrática tal como la conocemos. Las tendencias hacia el colapso son demasiado profundas para ser contenidas por mucho más tiempo.
Estados cristianos.
En el estado de Texas se viene dando una creciente simpatía hacia una hipotética secesión para configurar una nueva nación independiente con carácter confesional cristiana. Son varios los estados donde crecen las corrientes de opinión nacionalistas cristianas, en general cercanas al Partido Republicano, quienes afirman que la fundación de Estados Unidos fue ordenada por Dios, por lo que debe eliminarse la separación de la Iglesia del estado, tal como afirman – por ejemplo- el líder de la cámara de Representantes, el republicano por Luisiana Mike Johnson o el influyente pastor texano David Barton.
Inmigrantes.
El ingreso y residencia de migrantes en USA ha sido y sigue siendo parte de la esencia histórica de la nación. El gobierno declara que existen alrededor de 11 millones viviendo ilegalmente en el país y que hoy se encuentran amenazados de ser deportados; de hecho, aunque aun incipientemente ya han arrestado y deportado algunos cientos, poniendo en práctica un gran despliegue de ICE, DEA y FBI, buscando claramente infundir miedo y ganar apoyo entre sus propios votantes.
Trump amenaza incluso con enviar 30000 migrantes al campo de concentración de Guantánamo. Sin embargo, no es posible afirmar cuanto de sus declaraciones enuncian sus intenciones o son un recurso propagandístico grandilocuente, que solo se transformarán parcialmente en hechos. Téngase en cuenta que todas las medidas anunciadas necesitan recursos adicionales para su ejecución lo que inevitablemente aumentará el déficit fiscal federal.
Es de destacar que las redadas no son nuevas en la frontera sur, durante 2019 ICE detectó 2332 migrantes, en 2021 ascendió a 4400, en 2022 fueron 6000y en 2023 6850.
Recuérdese que el gobernador de Texas Greg Abbot cerró Shelby Park con alambre de púas y negó el acceso a la Patrulla Fronteriza Federal, desplegando tropas estatales a lo largo de toda la frontera de Texas con México. En esa ocasión recibió el apoyo de 14 gobernadores, de los cuales 12 enviaron guardias estatales en su apoyo. El gobernador de Idaho, Brad Little envió dos equipos de policías estatales ¨… para ayudar los nobles esfuerzos de Texas de proteger la frontera sur sin ley.¨
Algunas consideraciones.
La centralización del capital en época de monopolios no logra sostener la productividad del trabajo y esto desalienta la inversión, por lo que cae el empleo, el consumo, dificulta las exportaciones y debilita la recaudación fiscal, forzando más aún hacia la concentración monopólica.
A esto debe sumarse el peso creciente de la amortización de la deuda y de los gastos militares, más las importaciones crecientes que incrementan el déficit fiscal por un lado, a lo que se suma la caída permanente en la recaudación de las tasas impositivas a empresas y grandes fortunas.
En el campo internacional la rápida pérdida de influencia del dólar como patrón de cambio y reserva de valor, disminuye la capacidad del imperialismo norteamericano para externalizar sus desequilibrios internos.
Trump amenazó a los BRICS con colocar aranceles del 100% a las importaciones de ese origen, en caso de que persistan en ¨desdolarizar¨ sus transacciones; anunció además aranceles del 10% para las importaciones de origen europeo o chino y del 25% para las arribadas desde México y Canadá.
Todas estas medidas pueden desacelerar episódicamente el deterioro del empleo, pero generarán inevitablemente faltantes en la industria de piezas y componentes, así como encarecimiento de los bienes y servicios. La reducción del ingreso de nuevos migrantes también presionará sobre los costos de las empresas tanto en el agro como en los servicios generando inflación.
Otra área que aparentemente sufrirá recortes será la asistencia a personas pobres (Medicaids), lo que se traducirá en peores condiciones para la salud de cientos de miles de personas sin ingresos para solventar un seguro de salud. De hecho el sistema de salud norteamericano basado en las compañías de seguro de salud profundizará su rápida descomposición en la medida que sigan deteriorándose los ingresos de los trabajadores asalariados, cuentapropistas y jubilados, mientras que paralelamente siguen reduciéndose las prestaciones de estas empresas.
Esta situación evidente, que fuera sacada de los sótanos por la muerte de Brian Thomson, CEO de United Healtcare y la detención de Luigi Mangione acusado del homicidio, dejó al descubierto lo obvio: más de la mitad de los norteamericano odian profundamente a esas empresas, simplemente porque sufren diariamente su despiadada crueldad.
En el caso de la educación algunos estados republicanos ya estaban ejecutando recortes a los gastos y aun cerrando escuelas con baja cantidad de alumnos o rurales.
La inversión en prevención de catástrofes, está virtualmente paralizada, sobre todo en aquellas regiones amenazadas por la subida del mar y las inundaciones crecientes. Los planes de relocalización de poblaciones en zonas de riesgo han sido descartados.
Las inundaciones en Iowa, Nebraska, Dakota del Sur y Minnesota en junio y Texas, Luisiana y Alabama durante diciembre, más los incendios en el sur de California con su secuela de muertes humanas y de otras especies y la consiguiente destrucción del ambiente y las comunidades, ponen a la orden del día la necesidad de que la población tome en sus manos las tareas de prevención de catástrofes así como los dispositivos de evacuación, atención de las víctimas, búsqueda de desaparecidos, atención médica y alojamiento de los afectados, que la clase dominante es absolutamente incapaz de garantizar.
Se vuelve urgente terminar con el despilfarro en el uso del agua por parte de los grandes latifundistas, que multiplican sus ganancias a costa de la desertificación de los ecosistemas, sin otro objetivo que maximizar sus ganancias.
La burguesía norteamericana es seguramente la más heterogénea del planeta, desde burgueses propietarios de pequeños comercios hasta accionistas de grandes holding transnacionales. Sin perjuicio de ello, los rasgos generales de desarrollo son globales, por lo que aquí la contradicción central se da entre esos gigantescos conglomerados transnacionales con operaciones en todo el globo y otros no menos poderosos concentrados en el mercado interno y las exportaciones.
Las condiciones materiales descriptas explican porque el 2025 será clave para USA: aumentará la inflación, el desempleo y cerrarán cantidad récord de empresas, por lo que la Reserva Federal subirá las tasas contra la voluntad de Trump. Los gastos en salud, educación e inversión pública serán recortados, mientras los preparativos de guerra serán cada día más notorios de acuerdo a lo anunciado por el propio Trump.
El impago de hipotecas junto al crecimiento exponencial del endeudamiento personal y el encarecimiento de la renta en la vivienda, pondrá a prueba a las entidades financieras, apalancadas en derivados en proporciones superiores a 2007.
En este contexto, las medidas anunciadas por Trump, consistentes en subir aranceles en 25% a las importaciones desde México y Canadá, buscando proteger a la industria nacional y mantener el empleo, difícilmente puedan lograrlo, toda vez que la mitad de esas importaciones son bienes intermedios y energía destinados al sistema productivo; de producirse, decrecería la producción interna y subirían los precios.
Es conocida la propensión de Trump hacia las bravuconadas por lo que no extraña, las provocaciones que deslizó respecto a retomar el canal de Panamá, de incluir a Canadá dentro de USA o comprar Groenlandia a Dinamarca. De allí a pasar a los hechos hay una enorme distancia. Su verborragia dirigida a sus votantes e indirectamente a sus aliados internacionales, no representa a priori más que colocar hitos a partir de los cuales negociar mejores condiciones para las empresas yanquis y fundamentalmente la venta de armas.
La propagación de mensajes racistas y xenófobos destinados a atraer para si el descontento de las clases medias empobrecidas, generará inevitablemente ataques crecientes contra explotados y oprimidos, por lo que se vuelve imperativo conformar grupos de autodefensa entre los trabajadores y habitantes de comunidades oprimidas.
Otra amenaza a enfrentar es el creciente armamentismo con su inevitable tendencia inercial hacia una nueva guerra mundial. Urge detener esta dinámica en marcha, pero no se logrará con arengas pacifistas, sino conformando un gran movimiento antiguerra activo, que genere actividades contra la fabricación de armas incluyendo el bloqueo de sus embarques.
No pareciera entreverse en el futuro ninguna posibilidad de estabilidad y paz social.
Programa
- Aumento de emergencia del 30% para todos los trabajadores.
- Impuesto del 30% anual a las ganancias de las grandes empresas.
- Todas las empresas deben abrir sus libros de contabilidad.
- Boicot a las corporaciones que apoyan a Trump.
- No al despido en el estado federal.
- Plan nacional de viviendas sociales.
- Derogación de la sección 287(g) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad.
- Desmantelamiento de ICE, CPB y todas las agencias de aplicación de la ley
- Conformación de grupos de apoyo a los migrantes.
- Papeles y residencia permanente para todos los inmigrantes ya.
- Por la defensa de la diversidad de género y el aborto legal.
- Contra el machismo y los femicidios.
- Formación de comités de autodefensa contra los ataques ultraderechistas.
- Basta de hidrocarburos, carbón y centrales atómicas.
- Plan de construcción de parques eólicos y solares, ocupando desocupados.
- Plan nacional de restauración ambiental.
- Creación de Concejos comunales para prevenir catástrofes y dirigir la lucha contra sus consecuencias.
- Regreso inmediato de las tropas en el exterior y cierre de todas las bases militares en otros países.
- Desmantelamiento de todo el arsenal nuclear.
- Reducción drástica del presupuesto militar.
- Por un Frente Revolucionario contra la guerra y la extinción.
- Boicot activo contra la fabricación y traslado de armas.
- Por el cierre de Guantánamo y su devolución a Cuba.
- Por la movilización contra los gobiernos de millonarios, derechistas y fascistas.
- Desmantelamiento del aparato judicial.
- Hay que desobedecer toda orden de confinamiento.
- Abajo el bipartidismo. Nada con Republicanos, Demócratas ni izquierdistas reformistas.
- Basta de pacifismo decadente.
- Por un Partido de Trabajadores con dirección electa por la base de los sindicato.
- Abajo el Capitalismo.