En la noche del martes 24 de octubre, #Otis, un huracán que en menos de 12 horas ascendió a categoría 5, golpeó las costas de Acapulco, Gro., uno de los mayores puntos turísticos nacionales, lo que causó una inmensa devastación. Según cifras oficiales hay cerca de 50 muertos y una cantidad similar de desaparecidos. No obstante, la probabilidad de que esa cifra sea mayor y crezca es bastante alta debido al subregistro, los problemas de comunicación y el colapso de casi todos los servicios e infraestructura de la región.
Al día de hoy las demandas principales de la población han girado en torno a la provisión de víveres, servicios públicos, especialmente médicos, de energía eléctrica, seguridad y gasolina, de igual manera el urgente apoyo en la búsqueda de desaparecidos. El gobierno se ha visto empantanado al querer darle todo el monopolio del apoyo a los militares y ser el centralizador del apoyo financiero, sin embargo, al ser insuficiente y demorar, como lo es típicamente la respuesta gubernamental en cada catástrofe (terremotos, otros huracanes, COVID), Organizaciones No Gubernamentales y otros sectores se han comenzado a organizar para llevar acopio.
Con la desesperación y colapso, el desabasto se ha hecho presente, algunas de las mejores construcciones y mejor ubicadas resistieron, zonas turísticas han sido las que reciben más atención, pero las zonas periféricas donde habitan campesinos, trabajadores, pequeños comerciantes, no. Muchas de ellas fueron arrasadas por el huracán, que provocó fuertes vientos, inundaciones, deslaves, derribos, lanzamientos, etc., terminando así con vidas, patrimonio, medios de subsistencia y buena parte del entorno.
La avería de caminos ha dificultado el acceso, no obstante, es conocido el nivel de inseguridad de la región por el fuerte control que tiene el crimen organizado que además está coludido con el gobierno en sus diferentes niveles, lo que ha llevado a una fuerte desconfianza en la solidaridad nacional, igualmente, el que se les haya dado la exclusividad para la atención al desastre a los militares y el apoyo haya demorado y sea dado a cuentagotas ha aumentado el descontento. Por un lado, han habido numerosos saqueos a los grandes supermercados, por el otro, también se han denunciado robos a casa habitación. La cantidad de damnificados al menos ronda los 810 mil, al menos 273 mil 844 viviendas afectadas, un 80% de daño en el sector hotelero.
Aunque la Comisión Federal de Electricidad menciona que ya existe abasto de luz en un 75%, mucha de esta energía es dotada por plantas móviles, por lo que recuperar la infraestructura eléctrica demorará varias semanas. Sin contar que serán necesarios meses enteros para recuperar hospitales, escuelas, centros de trabajo, hogares. Muchas personas han perdido a sus familiares, varias personas quedaron atrapadas en los escombros, las consecuencias de este evento empeorarán aún más las condiciones de los sectores más vulnerables.
Esta es una muestra del escenario al que nos conduce el capitalismo con su devastación climática, ambiental y social. Instamos a las masas a prepararnos para más y mayores eventos como éste, poner atención que al gobierno burgués le preocupan primero los capitales antes que el pueblo y que no está preparado para esta nueva época que nos amenaza con la extinción. Debemos darle el giro a la historia ya y luchar por un futuro. Las actividades turísticas costeras son de los sectores más vulnerables a la crisis climática y otras como las sanitarias, enfatizamos la necesaria reorientación de las actividades de subsistencia de la población y de la sociedad para aminorar y mitigar los costos de catástrofes. Para estas tareas, un Estado burgués, por muy “progresista” que sea su gobierno ha demostrado que seguirá sirviendo al capital hasta la extinción, aún más, el siguiente periodo electoral viene a avanzar en la gobernabilidad burguesa policiaca y militarizada, ante la ausencia de una política antiextincionista, nosotros debemos impulsar un gobierno revolucionario obrero, campesino y popular.
Llamamos a todas las fuerzas del movimiento social y a la sociedad en general a apoyar urgentemente a los pueblos y barrios de #Acapulco y la costa de Guerrero. Compartimos las convocatorias de apoyo de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG) dentro de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), así como de la normal rural de Ayotzinapa “Raúl Isidro Burgos” y activistas sociales, proponemos la conformación de una Red Nacional e Internacional de Solidaridad que incluya todas las instituciones educativas, asociaciones vecinales, comunitarias para amplificar y mejorar el apoyo. Insistimos en la apertura de más centros de acopio en las principales ciudades del país, que el gobierno habilite todos sus inmuebles públicos como oficinas, centros culturales y escuelas como centros de acopio.
Nos oponemos al envío de policías de CDMX que no obedece a otro fin sino a la promoción de García Harfuch. Pugnamos por que el gobierno convoque a profesionales y estudiantes voluntarios bajo paga, traslado y viáticos cubiertos en brigadas solidarias.
Nos posicionamos por la reorientación presupuestal de todos los sueldos de altos funcionarios de los tres poderes de la unión, partidos políticos y campañas para recuperar las zonas siniestradas hasta que toda ésta sea recuperada, la exención del cobro de impuestos en toda la región afectada, de igual manera por la auditación popular del ejercicio de estos recursos, todo ello sin menoscabo de los montos ya anunciados. Hacemos hincapié en que la ayuda debe dirigirse a los sectores populares, no a quienes se han enriquecido a partir de la depredación de recursos, ecosistemas y explotación. Que se libere todo el presupuesto de atención a desastres lo antes posible.
Llamamos a la organización comunitaria y popular como ya incipientemente se muestra en la población, esta organización puede construir Comités Democráticos de Abasto, Seguridad, Distribución, Búsqueda y Reconstrucción para la distribución y obtención de víveres, muebles, albergues y demás necesidades, cuidar que no se den casos de acaparamiento o retención de productos, oponerse a los casos de saqueo anárquico que dan fundamento a la derecha y al oportunismo criminal, también evitar que los cárteles se aprovechen de la desgracia y secuestren víveres. Los productos de las grandes empresas transnacionales deben ser distribuidos. A estos organismos asamblearios se deben subordinar militares, policías y todas las fuerzas de apoyo.
¡Socialismo o Extinción!
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